¿Te ha pasado que, al ofrecer tus servicios, sientes que “empujas” a la gente a comprarte?
Como si vender fuera sinónimo de incomodar.
Esa sensación no viene de ti.
Viene de un modelo de ventas roto: presión, frases prefabricadas y técnicas que suenan más a manipulación que a conversación.
Para alguien honesto, eso no funciona.
Tú no quieres parecer desesperado; quieres ayudar, aportar valor y transformar vidas.
La buena noticia: existe otra forma.
Una forma de vender sin parecer un vendedor… y aun así facturar todos los días.
La gente no desea una sesión, una mentoría o un tratamiento.
Quiere lo que eso le dará: paz, confianza, salud, libertad, tiempo, claridad.
En lugar de decir: “Ofrezco consultorías”,
di: “Ayudo a emprendedores a conseguir más clientes sin gastar en publicidad”.
Usa sus palabras exactas.
Evita términos que solo entienden los profesionales.
Escucha cómo describe su problema y repítelo.
Conectar > impresionar.
No pidas que te compren si aún no te entienden.
Publica contenido que aclare y enseñe.
Responde dudas frecuentes.
Demuestra con ejemplos reales.
Cuando tus ideas generan confianza, la venta llega sola.
Una historia bien contada convence más que diez bullets.
Menciona clientes reales.
Comparte errores, procesos y aprendizajes.
Sé humano: eso vende más que cualquier técnica.
Cuando sabes que resuelves un problema real y lo comunicas con verdad:
La venta fluye.
Conectas sin presión.
Impactas sin forzar.
No vendas desde la presión; vende desde la convicción.
No necesitas ser agresivo para facturar bien, solo comunicar tu valor con confianza.
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PD: Puedes suscribirte o seguir haciendo lo mismo.
Puedes ignorarme o triunfar.
No importa lo que decidas, te espero en la cumbre.
Artículo escrito por el Dr. Carlos Cruz, asesor de referencia en ventas, copywriting y estrategias para emprendedores y profesionales de la salud.